lunes, 8 de marzo de 2021

Escribir

 


Antes tenía la certeza de que escribir era importante, sobre los eventos trascendentales, los muertos, los cumpleaños de los vivos, los eventos festivos, las cosas cotidianas que transforman la vida. Luego entre la tesis que aplastó mucho en mí ser creativo y me abrió otras puertas, más las piedras en el camino, mi ser escritor se siente debilucho, entretenido, distraído. Y cuando he logrado escribir algo, intentas rematarme con frases como “está bien que escribas pero deberías de escribir sobre las cosas importantes”. Y cómo esa frase, tengo una larga colección de frases, dignas de anotar en un separador como “Aquí no está pasando nada”, “No todo en la vida tiene que ver contigo”, “Lo que haces es resultado sólo de la inercia”, “Los logros los debes de obtener tú sola si no, no cuentan”, etc. Han sido frases que si las dejara mellar en mi ser podrían hacer un hoyo profundo, un surco tan hondo que sería imposible aprovechar para sembrar dentro de él. Un hoyo tan grande, no sirve para hacer crecer algo si no para crear profundos agujeros por donde se va todo, como se va el agua de la tina cuando quitas el tapón. En fin, a veces no sé qué escribir, a veces me fastidia leerme a misma. A veces, me releo y redescubro lo maravillosa que soy y decido con mayor facilidad desechar todas esas frases sorpresivas y esquivarlas como balas, reírme o intentar reírme de ellas mientras intentan rosar mi pecho, pasar rosando mis orejas y evitar que impacten mis labios o mis manos, que hablan y escriben sin parar, sea o no sea trascendental para mí o para los demás.