martes, 31 de agosto de 2010

Imposible de Ignorar

Me gusta leerlo, pensarlo,imaginarlo haciendo sus actividades cotidianas. ¿Qué pensará? ¿Cuáles son sus deseos? ¿Qué hace que se levante toooooooodos los días? ¿Cómo hace para hacer lo que hace? ¿Se dará cuenta de todo lo que implica?
Logro concentrarme en mis actividades y de repente brota su sonrisa como una imagen instantánea. Sonrío y continúo sumida en la lista de pendientes. ¿Sabrá que lo pienso? No quisiera decir que lo deseo, pero es un pensamiento continuo, cada vez más frecuente, que se va incorporando a mi rutina. ¿Será una atracción súbita? Tal vez sólo cautiva mi atención, como cuando se topa uno con algo suficientemente interesante para quedarse mirándo por un largo tiempo. No quisiera aceptar que hay algo más que simple admiración, pero imagino la fortaleza de su espalda, lo torneado de sus piernas, sus fuertes brazos, sus largos dedos, mientras me explica la importancia de las actividades que realizaremos.
Trato de concentrarme en la rutina y mientras habla y habla yo sólo pienso en lo grato de su sonrisa y finjo que escribo en mi libreta. Concluye diciendo que me enviará todo por internet, siento alivio pues no he podido capturar una sola indicación de todo lo que ha dicho.
Me despido, casi muda, suponiendo que no se percata de las ideas que rondan mi cabeza mientras me habla. Aunque presiento que voy envuelta en una nube de colores que emite aromas atrayentes imposibles de ignorar...