miércoles, 25 de febrero de 2009

Cuento 43 Dedicado a LAGD Soñar con Claridad

He soñado tantas veces tanto, que incluso hasta me canso, pero pareciera que basta con desear algo para que suceda, pues todo lo grato que he vivido ya lo había soñado con anterioridad.Por eso cuando se me presentan cosas extraordinarias en la vida, me alegro al reconocer algo que ya había sido deseado sin mesura. Esta capacidad inusitada, ha hecho crecer mi curiosidad por la composición de nuestros anhelos. Lo cual me ha conferido una enorme sabiduría y gracias a eso he podido llegar a una conclusión fundamental: sea lo que sea que estemos buscando, está presente en lo cotidiano. Aunque increíble, lo tenemos a la alcance de la mano, pero cuesta trabajo tan siquiera poderlo mirar. Entonces puedo decir sin temor a equivocarme, que nos es indispensable soñar, pero sobre todo soñar con claridad. Es vital poder delinear lo esencial, tener los deseos en las manos y sentirlos a flor de piel, para poder brincar sobre el sueño que pretenda escapar.Y cuando sintamos que hemos llegado a lo que tanto hemos buscado, podamos mandar saludos desde nuestro sueño a los seres queridos, como quien mandara una postal desde su sitio favorito.Así una vez vivido y disfrutado, permitirnos soñar más y más para dejar que la vida nos sorprenda con cosas tan básicas como el respirar, dejarnos tocar y trastocar.


Es importante soñar, pero sobre todo soñar con claridad………..
Yo he soñado que soy grande y grande soy,
enorme es ahora mi corazón, claro está.

martes, 17 de febrero de 2009

Un Amor que nunca se va

Pude acompañarlo, platicar con él, escribirle como loco
y despedirme como sólo te puedes despedir de quien nunca se va
(GMS sobre su Papá)


Calla Raymunda!!!
Que me vas a hacer llorar y los fantasmas no lloran.
“Volver” (Pelí)





No digo que mis abuelas, mi tía o tu Papá sean fantasmas, sólo digo que sea lo que sea que sean, es un hecho que no lloran más. Casi podría asegurar que mis muertos y los muertos de mis seres queridos andan por aquí.
Seguro que, desesperados con las cosas que a veces decidimos hacer, optan por intervenir para darnos un pequeño empujoncito. Imagino perfecto a mi bisabuela gritando –Bésala baboso!!!!- cuando las cosas van sucediendo más lentas de lo que debieran pasar.
Sé que andan dándonos sorpresas, que a veces descubrimos y agradecemos al sentir claramente su compañía.
Pero seguro que son muchas más las veces que por andar papaloteando con los quehaceres cotidianos ni nos percatamos de las ayudadotas que nos dan.

Ya sean fantasmas, ángeles o cualquier otra presencia indefinible, es un gusto sentir su amor
Un Amor que nunca se va.

lunes, 9 de febrero de 2009

Cuento 42 Tengo afán de saber. Dedicado PND

Por si tuviera afán de saber
como inmortalizar ese momento…..


La historia de amor que os voy a contar no tiene principio ni fin. Pero habla del día que me hice mujer, al tener que enfrentar con madurez lo que más bien tenía ganas de vivir sin miramientos.
Sin más rodeos, os hablaré del caballero de mi historia, quien con sus ojos gratos invadió en un sólo día mi corazón.
Con su mirada serena y trato amable, frente a una tacita de café, me sorprendió con la mejor descripción que alguien haya hecho de mí. Al escucharlo, un calor me fue subiendo desde las rodillas al sentirme reconocida. Poco a poco se fueron desatando las confesiones a medias, suposiciones parciales y escenarios ficticios. Todo indicaba que estábamos frente a una misteriosa atracción que nos acercaba al borde del precipicio.
Mientras yo sentía que había llegado el momento de poner a prueba toda mi valentía, supongo que a él lo que le sucedía era una tormenta por dentro. Pues mientras yo decidía dejar de pensar y optar por arriesgar, él ponía su cabeza en mi pecho para decirme que se estaba muriendo de miedo.
Entendí que estaba viviendo un momento importante en mi historia y como no nos podíamos poner a temblar los dos, no al menos al mismo tiempo, decidí no confesarle que mi corazón estaba ardiendo. Como si yo fuera la que hubiera acumulado suficiente experiencia como para saber qué hacer con certeza, le puse entre sus cabellos despeinados, el beso más dulce que jamás haya dado. Traté de tranquilizarlo y le dije que la vida no se trataba de sufrir si no de disfrutar, que tal vez algo necesitábamos saber y por eso nos sucedía ese momento.
A veces cuando pienso en lo que dije aquel día, me pareciera que alguien más hubiera puesto esas palabras en mi boca, pues no podría definir de dónde pude sacar serenidad cuando ya estaba imaginando cómo nos comeríamos a besos.
Algo extraño nos pasó, alguna misteriosa puerta se abrió que nos permitió vivir cosas que no podríamos explicar jamás
ni olvidar.

martes, 3 de febrero de 2009

Cuento 41. La otra opción de vida. Dedicado a RV

Justo a cabo de conocer al famosísimo Sr. Arteaga y era tanto lo que me habían hablado de él que provocó en mi tremenda expectación. Por lo que antes de que empezara a hablar, ya tenía capturada toda mi atención. Le escuché y en su manera de expresarse detecté algo que me parecía tremendamente familiar. Aunque en un principio no atiné con la razón, al ver como usaba las manos al platicar, miraba a la gente, abría los ojos como a ¾, como pensando lo que decía mientras jugueteaba con el bigote, fui detectando las pistas que explicarían el origen de mi percepción. Con su actitud nos permitió sentir que lo que nos compartía había sido producto de su experiencia y de una profunda reflexión. De una manera agradable nos contó cómo él, junto con su esposa, han trabajado por años apoyando a las comunidades de la zona. Así que, al escuchar un poco de su historia personal, me quedó claro porque, este hombre sensacional, me pareció tan familiar. Y es que en su historia y en sus modos de expresarse se parece un chorro a ti.
Y empecé a disfrutar de la oportunidad única de ver reflejada, en la vida de ellos, lo que nos hubiera sucedido a ti y a mí. Fue como ver una película que mostraba lo que hubiéramos vivido, si después del día que me tomaste de la mano para confesarme –Te quiero como mujer- nos hubiéramos arriesgado en la aventura que implicaba amarnos.
Pero, en un arranque de lo que quisiera llamar sensatez, en realidad optamos por correr despavoridos en direcciones opuestas. Por lo que ahora, andamos como si fuera otra vida la que estuviéramos viviendo.
Aunque acepto que no me arrepiento, me pareció una extraña experiencia ver lo que serían nuestras vidas si otra cosa hubiéramos decidido.