domingo, 22 de julio de 2012

Mi Hermano




Tengo muchas aventuras con mi hermano. Recuerdo que un día escalamos un muro juntos y por voltearlo a ver no me fijé y puse mi manota en unos “bulbos” de un poste de luz. Por la descarga eléctrica  salí volando hasta el otro lado del muro. Él, algunos años menor que yo, salió corriendo para levantarme. Yo me había dado el zapotazo de mi vida y sentía la lengua larga y no la podía meter de vuelta en la boca. Mi hermano me jaló de un brazo y me decía -Levántate que nos va a regañar mi Mamá!!- Yo tardé varios minutos en incorporarme y horas en poder hablar sin morderme la lengua, je.  También recuerdo que era muy ingeniosos y que una Navidad le regalaron una pista de trenes con carrilitos de madera. Pero como la pista era pequeña ideamos hacerla más grande con cinta de aislar sobre la duela y unos clavos gigantes para hacer más puentes. Cuando mi Mamá nos cachó, nos obligó a quitar la cinta de aislar, pero se vino con todo y barniz, la pista y los hoyos de los clavos quedaron para siempre y  podíamos jugar cuando quisiéramos. De las aventuras que más regaños nos merecieron, fue cuando mis papás pusieron un costal de entrenamiento en medio del cuarto para que mi hermano practicara sus patadas de karate. Pero nosotros también lo usábamos para brincar desde la puerta, columpiándonos del costal, sin tocar el piso y finalmente dejarnos caer sobre la cama. Hasta que un día zafamos el costal y rompimos la base de la cama. Y bueno podría compartir muchas historias muuuuuuy buenas, pero por ahora me basta con decir que estamos iniciando, tal vez, la aventura más importante de nuestras vidas, como familia y como hermanos.
Como ya dije, mi hermano siempre ha sido muy creativo, afortunadamente y es un placer para mí ser parte de esta nueva historia!!!

Feliz Cumple Carnal y gracias por todo lo compartido hasta ahorita y lo mucho que nos falta aún, Ajúa!!!


*en la foto se ve al fondo el muro de la historia

miércoles, 11 de julio de 2012

Justo lo que necesitaba


La acumulación de recursos, hace que se me amontonen la ideas en las manos, las palabras en los labios, los caminos en las plantas de los pies. Lo he estado percibiendo, veo como todo ha sucedido de súbito. Es urgente que deje salir todas esas cosas que tengo ganas de hacer. Empezaré por sembrar papayos en tu nombre, para que un día juntos disfrutemos de sus frutos. Pondré más plantas en la azotea para que a su sombra en pocos años podamos comer hotcakes azules con gigantescos vasos de leche. Sacaré del cajón el material para hacer los múltiples títeres que he imaginado por años. Le daré más vuelo a la hilacha (sí se puede más) para que acumule muchas historias de esas que son picosas de contar para que mi compañía sea aún más entretenida. Disfrutaré más de la vida, para que siempre me veas con una sonrisa. Y si un día tuviera muchas ganas de llorar, dejaré que pongas besos desordenados entre mis cabellos mientras me regresas al mundo con cosquillas. Esto es justo lo que necesitaba de la vida!!!! Vivirla sin más!

jueves, 5 de julio de 2012

Los deseos exquisitos


Fui a visitarla porque me dijeron que se acercaba el final de su vida. Todo el camino pensé en qué le diría.  Pasaron por mi mente muchas cosas, que la quería mucho, que tal y como ella siempre me decía -¿Quién es la Tía que más te quiere?-, sin duda era ella o así lo sentía cuando me abrazaba con fuerza y me daba muchos besos. Sobre todo en mi niñez estuvo muy presente, jugamos varias veces en el jardín a aventarnos cubetadas de  agua fría, compartíamos el cariño por los perros y siempre me tenía alguna sorpresa. Ella me regalo una Navidad el carro a control remoto que siempre le pedí a los Reyes Magos y que nunca me trajeron. Un día me pintó  las uñas y mientras lo hacía me dijo -Es muy importante que siempre hagas lo que  más te gusta- tengo ese momento grabado en mi mente.
Finalmente llegué a su casa, vi a todos muy tranquilos y yo sentía que iba a estallar en llanto, que me corría una desgracia por dentro. Entré a su cuarto, todo lo que había pensado de camino se me borró por completo. Me invitó a sentarme cerca de la cama, dijo que tenía algo que decirme –Es muy importante que hagas el doctorado-.  Esas fueron nuestras últimas palabras, que tengo muy presente, sobre todo ahora que finalmente me aceptaron para ingresar al doctorado. Y pienso mucho en ella y deseo que cosas buenas vengan a raíz de este paso importante en mi vida. Que venga  eso  que tanto he deseado. Imagino que como ella sabe todo lo que yo quiero, como regalo, lo pondrá al alcance de mis manos. Como supongo que ya ha hecho con otras cosas imposibles que he tenido oportunidad de disfrutar, muy parecidas a lo del carrito a control remoto. La siento claramente involucrada en la obtención de los deseos exquisitos.