domingo, 26 de febrero de 2012

El Paraíso Terrenal


El paraíso terrenal estaba adornado con piedras preciosas, granate, topacio, diamante, ópalo, berilo, amatista, zafiro, rubí y ónix; de oro labrado eran sus aretes y colgantes. Estaba al frente plantado un huerto. Del suelo, hizo Dios brotar toda clase de árboles, hermosos de ver y buenos para comer. Todo eso era para mí, desde el día en que fui creada, ya me tenía pensada. Supe reconocer mi jardín porque en él corrían suaves vientos, trayéndome dulces aromas y sensaciones que me encantaban. Era para mí ese lugar, era para mí ese momento. Mis manos sembraban y cosechaban todo lo que estuviera dispuesta a trabajar. Mi paraíso terrenal es ese lugar en el que brota el agua fresca y se disfrutan ricos frutos. Este lugar es mi hoy y mi momento.
En mi paraíso terrenal, sembré con mis propias manos papaya, sandía, chagalapoli, piña, calabaza y romero. Tengo un hermoso clavellino y una juvenil Flor de Mayo. Hay orquídeas, cícadas, cactáceas, bromelias, helecho y palmas. Herencia de mis abuelas crecen hermosas flores multi coloridas. Y este año, una vez más, pondré plantas en la azotea hasta que funcione ese proyecto.
En mi paraíso terrenal disfruto los ricos y abundantes frutos de mi trabajo, deseos y anhelos. Comparto con gusto estos logros con quien goce junto conmigo estas alegrías.





miércoles, 8 de febrero de 2012

Misa-Fiesta Tradición



Desde que mi Tía se convirtió en Ángel de tiempo completo, cada 2 de feb se hacía un Misa-Fiesta para recordarla. Esa misa convocaba a ateos y cristianos, pues la intención era recordarla, celebrar que la conocimos y que la disfrutamos. Después de la misa, había unos tamalitos de rigor, pues a parte de ser una Misa-Fiesta, como cae en 2 de febrero, tocaban tamales por tradición.
Ese término de “Misa-Fiesta”, se le adjudica a esa Tía, ya que decía que las fiestas las empezaban en misa para “obligar” de cierta manera a que fuéramos a misa, para poder acudir a la fiesta. Pero en realidad, muchos de la familia empezaron a ir a las misas cuando el motivo se convirtió en la Tía, que se nos adelantó muchos años en el camino. Llevamos unos 11 añitos  realizando esta actividad en familia, por lo que pensé que ya era una tradición. De hecho muchas amigas de mi Tía llegaban  a la misa, aún si haber sido invitadas, pues sabían que habría algo para recordar a nuestra Querida.
Este año, no fue así.
La abuela se nos fue y no hubo quien convocara la Misa-Fiesta, se evaporó el centro de reunión, se volvió complicado juntar a la familia, sin que eso pudiera ser una posible fuente de conflicto. Peor aún, tal vez la abuela apartó la misa con mucho tiempo de anticipación y puede ser que dijeron el nombre de la Tía y no estuvimos ahí para regalarle un pensamiento.

No he tenido muchas ganas de escribir, pero he tenido deseos de decir, que aunque no fui a la Misa-Fiesta, porque no hubo, si pensé mucho en mi Tía y en todo lo que se transforma en una familia cuando alguien se va.

Estamos en etapa de reacomodo de sillas, de roles, de deseos, de sueños, de amores. En pocas palabras en re acomodo total…
Los sentimientos están hechos una baraja, los deseos están todos amontonados y las palabras desesperadas por salir del tintero. Y yo con  este caminar tan lento....