Siempre he pensado que la vida se trata de ponerle nuestro toque personal, aderezarla para que nos parezca un asunto delicioso, a tal grado que sea irresistible vivirla. Por eso, imagino que estamos en constante búsqueda de cosas dignas de disfrutar. Pero seamos sinceros, cuando estamos en medio de los problemas, es imposible imaginar cómo es que al final saldremos victoriosos de tanto enredo y ahí es cuando la angustia nos invade y las cosas empiezan a salir mal.
Yo, me considero un hombre positivo y siempre dispuesto a enfrentar los grandes retos de la vida. Pero sucede que mi estrés, en ocasione me ha hecho sentir como chivo en cristalería y es tanto mi pánico de regarla que he llegado a la parálisis total. ¿Quién podría evitar angustiarse? Bajo estas circunstancias ¿Alguien puede simplemente relajarse y dejar que las cosas sucedan?
Sin embargo, aún cuando he sentido que ya todo está perdido, una voz interna no me deja en paz y eso, a final de cuentas, logra rescatarme. Y créanme que intentar moverme desde ese nivel de parálisis siempre me ha resultado doloroso, pues pareciera que algo se me estuviera rompiendo por dentro. Así que, empiezo a reconstruirme gracias a una serie de triunfos chiquitos, lo suficientemente poderosos para sacarme una sonrisa. Un acto, que por simple que parezca, logra generar un cambio que hace que mi historia se ponga cada vez más buena. Por eso pareciera que vengo y voy, pero nunca regreso al mismo punto. En cada intento logro soltarme un chirrin y así disfrutar un poco más. Cada vez consigo ir más lejos, es verdad que a veces motivado por misteriosas circunstancias de la vida. Así me he atrevido, a un chorro de cosas, me dejé devorar por exquisitos besos, inimaginables caricias, invadir por inolvidables aromas y arrastrar por enormes olas de sentimientos que me llevaron a lugares en los que nunca imaginé tener el valor de estar. En cada intento he agarrado más vuelo para impulsarme más lejos y un día llegaré al punto de dejar hacer y deshacer a ese escuincle de ojos claros y cabellos despeinados que en el fondo siempre he sido.
Al parecer, la vida está más llena de recovecos, de vueltas del destino y de escondrijos interminables que de camino liso y llano. Justo eso ha hecho mi historia deliciosamente atrevida, nada mal, eh!
2 comentarios:
Si, la vida es así. A veces de plano le falta sabor y hay que aderezarla con nuestro personal sazón.
Como siempre, un placer leerte
PS y un gusto lo de la oportunidad tomada.
Me gusta eso de avanzar mediante pequeños triunfos, porque es cierto. si no obtuviéramos esas victorias, posiblemente nos derrumbaríamos. hay que saber idear siempre nuevas formas y estar en constante movimiento, el enemigo: los problemas y el tedio, nunca bajan la guardia.
En fin ha sido un placer conocerte y disfrutar tu lectura. Escribes de una forma llana y concisa, me gusta. Y como me ha gustado encontrarte me llevo tu link, así sabré volver para leer tus relatos. Un abrazo, josef.
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