martes, 18 de agosto de 2009

Cuento 57. Transplante de Sueño. Dedicado a ROCAMU


Me dijo el Abuelo que no podía dormir, que le dijera algún secreto para lograrlo o le hiciera un transplante de sueño lo antes posible. A pesar de que soy buena en la materia, ya que consigo conciliar un sueño profundo a la menor provocación, no sé cómo pasarle el sueño a otra persona. Así que llené al Abuelo de besos entre los 4 hoyos que tiene en la cabeza y me despedí diciéndole que le enviaría un sueño profundo desde mi cama. Me fui pensando en cómo lograr semejante cometido y sentada en la sala de mi casa traté de imaginar cómo sería no poder dormir por días. Supuse que me crecería una desesperación por no poder descansar ni soñar y el cansancio pesado se me convertiría en arena en los párpados dificultando que los pudiera abrir y me perdería de lo bello que en el mundo pasa todavía. Tan sólo de imaginar esto, una angustia turbia me empezó a invadir y un halo humoso salió de mí, bajó mi temperatura corporal y un frío a penas perceptible me quedo sobre la piel. No pude acurrucarme más, no regresó ese calor a mí, no logré conciliar el sueño y toda la noche estuve recordando los eventos desafortunados de mi vida. Entonces el frío no sólo se me quedó en la piel si no que se me metió en los huesos. A las 6 de la mañana me percaté que se me había pasado la noche en blanco.
Creo que el Abuelo no duerme porque tiene frío por dentro, una tristeza escurridiza, que le roba el sueño a sorbos con popotes, de a poquitos pero constante.
Y entonces ahora me pregunto, cómo se alegra a un ser querido para calentar su corazón y que con eso concilie el sueño y así pueda descansar y abrir los ojos a tiempo para ver lo que pasa en el mundo y que eso que vea le signifique una alegría por dentro que caliente su corazón y ese calor le permita conciliar el sueño y así sucesivamente …….
*Imagen de El Rincón de Mirache

2 comentarios:

marichuy dijo...

Querida cuentista

Me encantó, por el abuelo, por la hechicera de sueños (así la veo yo) y por el tema. Me hiciste recordar un cuento de García Márquez (dentro de los "Doce cuentos peregrinos") llamado "Me alquilo para soñar, uno de mis favoritos.

Saludos

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Gracias Marichuy, aunque ya leí los cuentos peregrinos, esto me suena a una invitación a releerlos. Un saludo