Cumplir años, llegar al final e inicio de un ciclo, me permite voltear, echar un ojito, pensar, reflexionar, volver a saborear lo vivido. “Lua” la bici nueva, ha sido un signo de esa mirada que permite ver las cosas de un modo diferente. Partiendo de eso, descubrí en mí, un ser más agradable de lo que recordaba. Me siento en un momento de la vida en el que se me presenta la gran oportunidad de decidir lo que quiero hacer, cómo lo quiero y para qué. Aclarar esas ideas no ha sido una tarea tan fluida como imaginaba. Algunas cosas las quisiera hacer en grata compañía, pero que sucedan no sólo depende de mí. Así que, mientras son peras o son manzanas, he movilizado algunos de mis recursos por el simple placer de hacer algo diferente. A mí, siempre me han gustado las cosas sorprendentes, cuento con una gran capacidad de asombro y considero que puedo disfrutar de una amplia gama de actividades. Aprender Chino, Alfarería, Zapateado Veracruzano, en fin, tenía varias cosas en la mira, pero la idea de retomar la bicicleta me llevó a decidirme por el triatlón. Ya corría, nadé hace algunos años y con gusto volvería a la bici con fines deportivos. Supuse que sería algo que podría hacer poco a poco en mis ratos libres jajajaja. Ahora, en Lua, mi bici nueva, recordé lo grato de sentir el aire en la cara, el viento en los oídos y la sensación de estar contenta por nada. Cuando era chica, salía a andar en bici y compraba una bola de queso Oaxaca, la tomaba con una mano y ponía la hebra en mi boca, así que comía mientras andaba en bici por la cuadra. Para mí, eso era todo el paraíso que necesitaba. A ese nivel de satisfacción me refiero, ese que permite ver el mundo como un sitio mágico, en el que por el simple hecho de desear las cosas estás suceden. A esa magia invoco cuando escribo Cuentos Bajo Pedido, porque tengo la sensación de que los deseos para que se hagan realidad, basta con que sean leídos por un chorro de gente. Entonces tú, lector, eres parte de un evento colectivo de creación. ¿Cómo le dicen a eso? No recuerdo, pero juntos hacemos que todo vaya sobre ruedas, generando esa sensación de cosquillitas en el cuerpo, que desata una felicidad extrema para terminar en una explosión de sensaciones, que nos dejan a todos sonriendo y al del deseo pedido, satisfecho.
Entonces, empecé a recibir peticiones para hacer cuentos basados en deseos explícitos. ¿Será el poder de la palabra, nuestros deseos que se escapan, los sueños decididos a existir o la energía contenida en nuestros corazones, lo que hace que brinquen nuestros anhelos a la vida cotidiana? Misterio……. ¿Qué harías si....
domingo, 22 de mayo de 2011
6to Aniversario de Cuentos Bajo Pedido, Todo va sobre ruedas
Cumplir años, llegar al final e inicio de un ciclo, me permite voltear, echar un ojito, pensar, reflexionar, volver a saborear lo vivido. “Lua” la bici nueva, ha sido un signo de esa mirada que permite ver las cosas de un modo diferente. Partiendo de eso, descubrí en mí, un ser más agradable de lo que recordaba. Me siento en un momento de la vida en el que se me presenta la gran oportunidad de decidir lo que quiero hacer, cómo lo quiero y para qué. Aclarar esas ideas no ha sido una tarea tan fluida como imaginaba. Algunas cosas las quisiera hacer en grata compañía, pero que sucedan no sólo depende de mí. Así que, mientras son peras o son manzanas, he movilizado algunos de mis recursos por el simple placer de hacer algo diferente. A mí, siempre me han gustado las cosas sorprendentes, cuento con una gran capacidad de asombro y considero que puedo disfrutar de una amplia gama de actividades. Aprender Chino, Alfarería, Zapateado Veracruzano, en fin, tenía varias cosas en la mira, pero la idea de retomar la bicicleta me llevó a decidirme por el triatlón. Ya corría, nadé hace algunos años y con gusto volvería a la bici con fines deportivos. Supuse que sería algo que podría hacer poco a poco en mis ratos libres jajajaja. Ahora, en Lua, mi bici nueva, recordé lo grato de sentir el aire en la cara, el viento en los oídos y la sensación de estar contenta por nada. Cuando era chica, salía a andar en bici y compraba una bola de queso Oaxaca, la tomaba con una mano y ponía la hebra en mi boca, así que comía mientras andaba en bici por la cuadra. Para mí, eso era todo el paraíso que necesitaba. A ese nivel de satisfacción me refiero, ese que permite ver el mundo como un sitio mágico, en el que por el simple hecho de desear las cosas estás suceden. A esa magia invoco cuando escribo Cuentos Bajo Pedido, porque tengo la sensación de que los deseos para que se hagan realidad, basta con que sean leídos por un chorro de gente. Entonces tú, lector, eres parte de un evento colectivo de creación. ¿Cómo le dicen a eso? No recuerdo, pero juntos hacemos que todo vaya sobre ruedas, generando esa sensación de cosquillitas en el cuerpo, que desata una felicidad extrema para terminar en una explosión de sensaciones, que nos dejan a todos sonriendo y al del deseo pedido, satisfecho.
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5 comentarios:
Un gran gusto leerte así, se te siente eso que dices: a gusto contigo misma, algo que no siempre es fácil.
Un gran abrazo y felices aniversarios (del blog y tuyo).
Marichuy
Muchas gracias!! y un gusto compartir estos espacios de lectura!
Marichuy
Muchas gracias!! y un gusto compartir estos espacios de lectura!
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