lunes, 16 de junio de 2008

Cuento 13. Me descubro descubriendo. Dedicado a ECM

Me descubro descubriendo tu rodilla, la esquinita de tu codo y la suave curva de tu hombro. Así ha sucedido desde que era yo chamaco, casi como un juego y la verdad desde entonces he andado alborotado. Al inicio me movía la curiosidad, pero luego, con los años supongo que todo se fue transformando y empecé a disfrutar el sentirme enamorado.
Puedo decir que hay días en los que me invade una sensación de efervescencia que me tiene con la adrenalina a máxima potencia y me invaden las ganas de tenerla, de quererla más allá de la inocencia.
Otros días logro relajarme, disfrutando estar conmigo mismo, acompañando estos momentos con dos o tres bravas paque se desate la inconciencia jajaja!!!! Que bruto que rico pega esta cerveza!!!!
Me gusta meditar sobre la vida con buena música de banda, suficientemente fuerte como pa no escuchar ni siquiera el ruido en mi cabeza. Hago un repaso de mis gozos y mis logros, una rápida mirada como pa dar saludo y despedida a todas esas mujeres que han pasado por mi vida.
Entonces logro purificarme de viejos dolores y de antiguos amores, para quedar una vez más con el corazón dispuesto a enredarse en tus deseos y a merced de tus pasiones.
Y tú, incrédula te ríes de las aventuras que te voy susurrando al oído y de los besos que te planto entre ceja y ceja. Te alegras de que estemos aquí, enteros a pesar de haber vivido tantos amores-dolores. Me miras de esa forma que mata, con la certeza de que cada uno hemos sobrevivido a unas cuantas tormentas, tan sólo para estar hoy frente a frente y amarnos con las ideas claras y un bonche de experiencias a cuestas.

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