Seguro en unos días se me pasa esta tristeza inesperada y finalmente pueda disfrutar de lleno de las cosas que aumentan mi alegría. A pesar de esta nostalgia, la vida me ha regalado sorpresas que ni esperaba y eso me ha hecho voltear la mirada. Gracias a eso, me he topado con personas y situaciones que ni imaginaba que existieran y han transformado el extraño momento en el que estaba sumergida. Con tanto cambio he estado medio nerviosa, pensado seriamente en lo que de verdad he estado buscando y llegué a la conclusión de que me siento cansada de esperar a que las cosas simplemente sucedan. Por lo que he decido dar un empujoncito para tener todo eso a lo que no estoy dispuesta a renunciar.
Ya no quiero esta soledad, la verdad ya quiero llegar a casa y encontrarte ahí, a ti, si a tí tan buscado y tan anhelado. Sé que estás por llegar y encontraremos la manera de ajustar nuestros múltiples planes para empatarlos en uno sólo que ambos podemos disfrutar.
Y cuando llegue ese momento, nos daremos un abrazo enorme, botando los problemas a la puerta de la casa, para dar espacio al beso largo y profundo que nos debemos y desataremos una ola deliciosa que nos recorrerá a lo largo y ancho de nuestros huesos.
Cocináremos platillos exquisitos, intercambiaremos misteriosas recetas que harán divertida nuestra estadía en este paraíso terrenal. Bailaremos con una frecuencia suficientemente regular, como para que no se nos acumule el polvo y podamos disfrutar de la gota gorda recorriendo nuestros cuerpos.
Mmmh, son muchas las ideas que llegan a mi cabeza haciendo que mi corazón retumbe como tambor de tan sólo imaginar. Tengo la certeza que terminaremos siendo cómplices en el misterioso milagro de preñarnos de amor como resultado de nuestras recurrentes conquistas.
Son tantos los sueños que invaden mi cabeza y cada recoveco de mi cuerpo que a veces no consigo percibir cómo el tiempo se ha colado entre mis dedos. Sé lo afortunada que soy pues he podido cosechar múltiples aventuras de selva y amor como fruto de mi tenacidad.
Así que, ahora que enredo mis dedos en tus cabellos, sonrío y recuerdo todo lo que hemos andado para que llegue este momento. Pienso que, afortunadamente, el amor si es como me lo imaginé y que, a veces, hasta mejor de lo que soñé.
2 comentarios:
Querida amiga, ¡que feliz podrá ser, aquél que tenga la suerte!
Me gusta la forma que tienes de expresar, todo el amor que llevas dentro.
Precioso relato.
Saludos desde Sevilla
Querida
Es cierto que algo así sería maravilloso; dichoso quien lo logre y sepa apreciarlo.
Un gusto leerte
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