Tenía razón mi maestra de la prepa ¿Te acuerdas de ella? La que leía los cuadernos, nosotros pensábamos que era brujería, que mensos, ahora sé que se llama Grafología. Era el último día de clases y nos dijo que si queríamos que nos leyera los cuadernos, emocionados en tres segundos le hicimos una pila y nos amontonamos alrededor del escritorio. Tomó uno a uno los cuadernos, los hojeó rápidamente y empezó a decir cómo éramos, que nos gustaba, etc. Nos tenía fascinados y votados de la risa. Al final preguntaba ¿De quién es este cuaderno? ¿Quihubo le atiné? Y pues claro que le atinaba.
Mi cuaderno era el antepenúltimo y aunque estaba muy divertida oyendo que decía de los demás moría de curiosidad de saber que diría del mío. Éramos un grupo de 34 así que tuve que ser paciente, pero no fue ningún martirio.
Al fin tomó mi cuaderno y lo empezó a hojear, vi que había empezado el año con buena letra pero conforme pasaba las hojas yo misma me percaté que mi cuaderno se iba volviendo un desastre. La cara de la maestra fue tomando otro tono y de repente cerró el cuaderno de golpe y muy seria dijo -este no lo voy a leer-. No tuvo que preguntar de quién era, pues inmediatamente dije -¿Pero por qué no?- Ya estaba medio asustada, imaginando las cosas terribles que pudo haber visto en él, al grado que después de haber interpretado 31 cuadernos prefería no leerlo. Ella se me quedó viendo como dudando en decirme algo.
-no quisiera...... pues no se si estés preparada para oír-
Muy valiente dije -Vamos maestra yo ya soy como soy lo que me diga no va cambiar las cosas-
Ella lo pensó unos segundos, retomó mi libreta, la hojeó con calma y fue haciendo comentarios que no comprendí.
–Es que estás as, y estás tes, es que tanto cambio y luego otra vez.....-
Con tono extremadamente serio dijo-Lo que veo es que vas a gozar demasiado la vida, hay muchos cambios, mucha intensidad y pues.....-
Yo pensé ¿Y eso que tiene de malo?
-con el tiempo veras que eso es bueno y malo ¿No se si me explico? Vas a vivir con la misma intensidad el gozo y el dolor-
Después dijo varias cosas describiendo mi persona, todas ciertas, pero yo ya no me pude concentrar, se me quedaron sus palabras en la mente, pero más se me quedó su solemnidad para decírmelas.
En realidad ni en ese día ni en muchos después, entendí la magnitud de lo que dijo.
Ahora con los años y haciendo un recuento de lo sucedido puedo decir que esa maestra tenía razón, he gozado y sufrido con la misma intensidad desde el primer beso hasta mi primer muerto.
Sin embargo, (mi palabra favorita) las alegrías siempre opacan mis tristezas, lo digo con certeza, lo juro por este nieto que divertido me jala de las trenzas.
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