Al fin se cruzaron nuestros caminos, tiempo teníamos
andando, al menos nosotros y ahora se han encontrado nuestras huellas para
empezar a caminar juntos. El encuentro de nuestras miradas lo dijo todo, tal
vez éramos viejos conocidos y al vernos, sin hablarnos, nos entendimos.
Me sonreíste y sentí que un nuevo universo explotaba dentro
de mi. Gracias por elegirme hoy a mí, gracias por venir a mi vida así.