martes, 29 de abril de 2008

Cuento 7 Sin medir las consecuencias. Dedicado a AGO

Arrastrada por un interés, que oscila entre lo científico y lo artístico, me dejo llevar por esta curiosidad que me sube desde las piernas hasta confundirse entre mis venas. Al fin he logrado derrumbar todos los muros, lo que me permite plantarme frente a la vida sin ninguna resistencia. Sin medir las consecuencias acepto sin miramientos las “n” bocas, con sus respectivos cuerpos, que van apareciéndose en mi vida. A pesar de que me siento complacida nunca detecto si ha llegado el momento, ese preciso momento. No se si sospecho de su aliento, de la dureza de sus huesos o del confuso aroma de sus cabellos. El hecho es que siempre falta algo para mantenerme más tiempo entre sus besos. Como nada me detiene, sigo por la vida con la tranquilidad que me confiere el haber llegado hasta aquí sin sentirme comprometida. Me doy el lujo de ir archivando aromas, sabores, texturas y todo lo que evoque dichas alegrías. Sumida en estos pensamientos, hoy no logro conciliar el sueño así que me entretengo en ver llover a través de las ventanas. Incómoda, giro sobre la cama apachurrando a mi conchudo gato que cínico me reclama. Me siento en la orillita de la cama pisando la duela que esta más fría de lo que esperaba y todos los pelitos se me paran. Respiro hondo y extrañada percibo un tenue aroma a café recién molido, cierro los ojos intentando agudizar mis sentidos y me lanzo divertida a descubrirlo. Camino dando tumbos, igualito que en la vida, pero ahora con la certeza de que ese aroma es la señal que yo esperaba.
Para mi sorpresa el olor proviene de tu cuerpo, es extraño, pero sale de tus huesos y se te escapa entre los dedos. Incrédula, te olisqueo con el fin de confirmar que en efecto el aroma proviene de tus adentros.
Abres los ojos sorprendido y yo simplemente te sonrío con la alegría de haber encontrado el paraíso.

lunes, 21 de abril de 2008

Cuento 6 De extraña procedencia

Dedicado a JLMC , con todo respeto y cariño

Creo que se me congeló la ambición o simplemente la perdí por algún rincón, recuerdo vagamente haber tenido la extraña capacidad de imaginar cosas inverosímiles. De hecho a veces vienen a mi mente memorias tan descabelladas que francamente dudo de su veracidad. En cambio, ahora, paso los días frente a un enorme monitor del cual no logro levantarme pues una extraña fuerza me fija al asiento a costa de mis nachas y de mi imaginación. A veces, haciendo un tremendo esfuerzo intento delinear mi futuro prometedor y me descubro profundamente trágico. Tanto, que pienso que podría aprovechar toda esa angustia para escribir un buen guión. Sin embargo, mis penurias se agravan cuando se va la luz, es ahí cuando mi sufrimiento se torna amenazador. Rápidamente me busco otra actividad para disminuir el riesgo de ser acechado por la imaginación. Pero a veces es inevitable y sin piedad alguna, me bombardean historias de extraña procedencia, ideas ajenas que perdidas sin rumbo se estampan en mi cabeza. Embebido en este estupor tengo la certeza de sentir la orillita de tus dedos, percibir ese aroma que emana de tus cabellos y rendirme sin resistencia frente a las curvas de tus caderas. Inicio una búsqueda sin sentido que me lleva derechito hasta tus besos dejándome profundamente confundido. Sin poder evitarlo, arrastro entre tus piernas el dolor inherente a mi persona, más quedo sorprendido al descubrir que a pesar de eso sonríes al percibir el aroma inconfundible de mis huesos.
Es así sin más, que con tu aire fresco, al fin logro resucitar de entre los muertos.

lunes, 14 de abril de 2008

Cuento 5 Brujería. PVCC

Tenía razón mi maestra de la prepa ¿Te acuerdas de ella? La que leía los cuadernos, nosotros pensábamos que era brujería, que mensos, ahora sé que se llama Grafología. Era el último día de clases y nos dijo que si queríamos que nos leyera los cuadernos, emocionados en tres segundos le hicimos una pila y nos amontonamos alrededor del escritorio. Tomó uno a uno los cuadernos, los hojeó rápidamente y empezó a decir cómo éramos, que nos gustaba, etc. Nos tenía fascinados y votados de la risa. Al final preguntaba ¿De quién es este cuaderno? ¿Quihubo le atiné? Y pues claro que le atinaba.
Mi cuaderno era el antepenúltimo y aunque estaba muy divertida oyendo que decía de los demás moría de curiosidad de saber que diría del mío. Éramos un grupo de 34 así que tuve que ser paciente, pero no fue ningún martirio.
Al fin tomó mi cuaderno y lo empezó a hojear, vi que había empezado el año con buena letra pero conforme pasaba las hojas yo misma me percaté que mi cuaderno se iba volviendo un desastre. La cara de la maestra fue tomando otro tono y de repente cerró el cuaderno de golpe y muy seria dijo -este no lo voy a leer-. No tuvo que preguntar de quién era, pues inmediatamente dije -¿Pero por qué no?- Ya estaba medio asustada, imaginando las cosas terribles que pudo haber visto en él, al grado que después de haber interpretado 31 cuadernos prefería no leerlo. Ella se me quedó viendo como dudando en decirme algo.
-no quisiera...... pues no se si estés preparada para oír-
Muy valiente dije -Vamos maestra yo ya soy como soy lo que me diga no va cambiar las cosas-
Ella lo pensó unos segundos, retomó mi libreta, la hojeó con calma y fue haciendo comentarios que no comprendí.
–Es que estás as, y estás tes, es que tanto cambio y luego otra vez.....-
Con tono extremadamente serio dijo-Lo que veo es que vas a gozar demasiado la vida, hay muchos cambios, mucha intensidad y pues.....-
Yo pensé ¿Y eso que tiene de malo?
-con el tiempo veras que eso es bueno y malo ¿No se si me explico? Vas a vivir con la misma intensidad el gozo y el dolor-
Después dijo varias cosas describiendo mi persona, todas ciertas, pero yo ya no me pude concentrar, se me quedaron sus palabras en la mente, pero más se me quedó su solemnidad para decírmelas.
En realidad ni en ese día ni en muchos después, entendí la magnitud de lo que dijo.
Ahora con los años y haciendo un recuento de lo sucedido puedo decir que esa maestra tenía razón, he gozado y sufrido con la misma intensidad desde el primer beso hasta mi primer muerto.
Sin embargo, (mi palabra favorita) las alegrías siempre opacan mis tristezas, lo digo con certeza, lo juro por este nieto que divertido me jala de las trenzas.

miércoles, 9 de abril de 2008

Cuento 4 La tesis. Dedicado a GRA.

AAAAAHHHHHH!!!!!
Otra pesadilla carajo!!!! No puedo más, todo el día pienso es en la bendita tesis y hasta dormida me persigue!!!!!
Como le explico a mi cabecita loca que hace meses que me titulé, tal vez pasé tanto tiempo con esa presión en mi cabeza que ya no me puedo liberar. En medio de esa angustia en la que despierto lo único que me alegra es verte a mi lado terriblemente divertido con mi tesis en la mano, seguro la guardas bajo la cama. Creo que estoy perdiendo el juicio, porque recuerdo que tenía juicio, en verdad!
También esto de la mudanza se me esta haciendo pesadito, quisiera que las cosas simplemente se movieran de una casa a otra como por arte de magia. Lo padre de todo este ajetreo es la nueva casa con jardín! Es realmente hermosa, estoy segura que la vamos a disfrutar mucho, muchísimo, ya corren por mi mente varias ideas descabelladas mmmmm!
Es tanto lo que hay que resolver, tanto ruido en mi cabeza, tantas cosas nuevas que la oleada de emociones me tiene abrumada ni tiempo he tenido para preparar mis cosas para el nuevo trabajo y quisiera llegar temprano.
Reconozco que estoy nerviosita pero hay algo que me da buena espina, tal vez sea que es lo que siempre he soñado hacer o que mi cubículo tiene una vista espectacular o simplemente que el sueldo puede ayudar a decidirse a cualquiera.
Mi vida ha dado tantas vueltas últimamente que me siento placidamente sorprendida, divertida como niña en un show de magia con la certeza de que la magia existe.
Es tan chistoso como he llegado hasta aquí que si te contara seguro pensarías que es puro cuento jajaja!

lunes, 7 de abril de 2008

Cuento 3 En medio de una cálida nube. Dedicado a G.

Cada día estoy más convencido de que uno mismo tiene que hacer las cosas para que salgan bien, sin embargo esa tarea se torna cada vez más pesada. Despierto con la sensación de que mi vida esta en constante riesgo de volverse complicada, como si todo el tiempo fuera un negociar con el mundo!
En el fondo, disfruto este ajetreo de los viajes y sin duda de la paga que es bastante buena.
Pero hoy si que me siento agotado y no estoy seguro si es por el trabajo, el ejercicio, o la edad. ¿Por la edad? ¿Qué estoy diciendo? Si estoy bien chavito jejejeje!
Camino hacía el baño prácticamente arrastrando los pies y no recuerdo por qué estoy tan adolorido. Me veo al espejo dudando si acostumbro rasurarme antes o después de la ducha y me sorprendo de lo bien que me veo!!! Pero claro que me veo bien, me he estado matando en el gimnasio. Me quito la pijama y en verdad veo buenos resultados!!! No puedo evitar sonreír mientras abro la ducha y siento el agua fresca que me parece deliciosa. No tengo ideas concretas en mi mente, estoy en medio de una cálida nube de pensamientos sin poder extraer o concretar alguno. A pesar de eso me siento bien, con un extraño hormigueo que me tiene contentito.
Salgo de la ducha con la toalla a la cintura, voy a mi cuarto, bastante relajado y te veo ahí, tranquila, desnuda...
y todas mis ideas se clarifican, con razón estoy tan adolorido .....

miércoles, 2 de abril de 2008

Cuento 2 La Manía de las cartas

Se cuando empezó esta manía de las cartas, pero prefiero fingir demencia para obviar ese momento.
Puedo decir que un día salí de casa con tu cuento en mi bolsa, tu nombre en la boca y la idea loca de llamarte en pensamientos. Lo hice con todas mis fuerzas, sin embargo supongo que no fue suficiente pues en tu lugar acudieron miles de personas, que me saludaban educadamente. Yo levantando la mirada estaba segura que corría el riesgo de perderme nuestro encuentro.
La mano me hormigueaba e imaginaba que al verte debía darte esa carta inmediatamente, tenía la certeza de que no había tiempo.
Fue creciendo tanto en mi esa angustia anticipada que se me notaba en la mirada y día a día me oprimía las entrañas. Al llegar a casa, con la respiración entrecortada, hacía una copia más del cuento sellándola con lacre. Poco a poco había una carta en cada bolsa, en cada casa, en cada sitio donde pudiera suceder el supuesto encuentro.
No tengo conciencia del tiempo, pero me fue invadiendo un sentimiento cotidiano. Cansada y agotado el miedo, me senté al quicio de una puerta y para mi sorpresa saliste tú. Con tu mirada serena me besaste y susurraste: –Corazón, ya es tarde-