lunes, 21 de abril de 2008

Cuento 6 De extraña procedencia

Dedicado a JLMC , con todo respeto y cariño

Creo que se me congeló la ambición o simplemente la perdí por algún rincón, recuerdo vagamente haber tenido la extraña capacidad de imaginar cosas inverosímiles. De hecho a veces vienen a mi mente memorias tan descabelladas que francamente dudo de su veracidad. En cambio, ahora, paso los días frente a un enorme monitor del cual no logro levantarme pues una extraña fuerza me fija al asiento a costa de mis nachas y de mi imaginación. A veces, haciendo un tremendo esfuerzo intento delinear mi futuro prometedor y me descubro profundamente trágico. Tanto, que pienso que podría aprovechar toda esa angustia para escribir un buen guión. Sin embargo, mis penurias se agravan cuando se va la luz, es ahí cuando mi sufrimiento se torna amenazador. Rápidamente me busco otra actividad para disminuir el riesgo de ser acechado por la imaginación. Pero a veces es inevitable y sin piedad alguna, me bombardean historias de extraña procedencia, ideas ajenas que perdidas sin rumbo se estampan en mi cabeza. Embebido en este estupor tengo la certeza de sentir la orillita de tus dedos, percibir ese aroma que emana de tus cabellos y rendirme sin resistencia frente a las curvas de tus caderas. Inicio una búsqueda sin sentido que me lleva derechito hasta tus besos dejándome profundamente confundido. Sin poder evitarlo, arrastro entre tus piernas el dolor inherente a mi persona, más quedo sorprendido al descubrir que a pesar de eso sonríes al percibir el aroma inconfundible de mis huesos.
Es así sin más, que con tu aire fresco, al fin logro resucitar de entre los muertos.

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