El agua puede ser tantas cosas deliciosas, cuando me concentro en imágenes que la evocan, la piel se me pone chinita, cierro los ojos y quien me mire descubrirá en mi una sonrisa. Pienso en esa gotita de vino tinto que bebí de la orillita de tus labios, recuerdo ese chorrito de sudor que travieso se abre camino en el momento menos esperado, me llena la sensación de felicidad de cuando mi Papá me aventaba a la alberca. Se me agolpan imágenes que me arrasan, vienen a mi todas las aguas, humedades, brisas y frescuras que recuerdo. Descubro que el agua ha sido más importante en mi vida de lo que imaginaba.
Así que ahora, que escucho que el agua se va acabar, me fastidio y quisiera que el problema se arreglara solito, sin que yo interviniera para nada.
Sin embargo, cuando ese especialista nos dice que el problema del agua tiene solución, que si nos lo propusiéramos podríamos tener de nuevo ríos cristalinos. Algo brinca en mi corazón, a pesar de que prácticamente conozco puros ríos entubados o cochinos. Me imagino ese cachito de río que está en Francisco Sosa y Avenida Universidad, ha estado marrano, al menos, desde que yo iba al catecismo. En varias ocasiones me he detenido a contemplar el correr de esa agua obscura y apestosa, que trae a mi mente recuerdos muy gratos de mi infancia y ese río si me darían ganas de un día verlo limpio.
Hasta estaría dispuesta a hacer lo imposible para conseguirlo......
2 comentarios:
Hola!! He descubierto este blog gracias al comentario que tú dejaste en el mío, "Saboteandotuberías". Es una idea original.
Un saludo!!
Precioso cuento del agua. Veo que te ha visitado también la amiga pini...jejeje...alguien que cuento entre mis -escasos, confieso- blogueros amigos.
Pero ya te visitaré a ti con más tiempo, y veré que otras cosas hay por aqui...gracias y un saludo cariñoso desde Sevilla...y aprovecho para dejar otro para Pini...
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