38

Cumplo 38 años, tuve que hacer la resta para calcular mi edad, he llegado a ese momento, en el que el orden de los cumples se me ha vuelto una baraja suelta de anhelos y deseos. Unos ya cumplidos, disfrutados, compartidos, otros más, burbujean en el tintero para salir. Supongo que tengo el poder en la mano para hacer que sucedan, pero no tengo claridad de cómo hacerlo. Me he soñado mil veces siendo una abuela divertida, pero justo ahora me pregunto cómo se hará para llegar a ese momento. Desde niña he tenido mi atención puesta en muchas cosas al mismo tiempo, podría parecer distraída, pero es más bien, que mi cabeza devora todo lo que está en su cercanía. Ahora de adulta, cosas inverosímiles me han sucedido sin que sienta que hubiera hecho algo para que se dieran.

Hoy agradezco todo lo vivido, cada beso, cada alegría, cada dolor, cada risa y todo paso de baile. Y como sabrán, aún quiero más. Es ese deseo que me brinca en el borde de los labios y cosquillea en la orillita de las manos.  Siento un remolino en el ombligo y un murmullo en mi oído.

Lo sé, es ese anhelo, que hace un ruidito particular cuando va naciendo en mi camino.