Confiado de
su aliento, murmuraba en mi oído deliciosas palabras que a veces me arrancaban
una sonrisa y otras, las más, una profunda exhalación de placer. Era su voz, un
sortilegio que convertía los deseos en realidad. Rosaban sus palabras mis
sueños y jugaban con mis anhelos. Estaba confiado de su aliento y sabía que la
energía que trasmitía me inundaría hasta desbordarme un día entre sus brazos.
Pero fue largo el tiempo que tomó llenar nuestros cuerpos, hacer que se
escurrieran de nuestras copas el delicioso vino del deseo. Fueron
aproximadamente seis años, que al cruce del camino, después de un inocente
“Hola”, ambos, murmurábamos palabras que no llegaban a nuestros oídos, por la
distancia que había entre nuestros corazones. Pero sentirme recorrida por su
mirada y por sus manos invisibles era una sensación que siempre acompañaba su brevísima
presencia. Así nos saludamos y recorrimos mutuamente en pensamientos sin hacer
más para que algo entre nosotros sucediera. Pero ahora ¿Qué hizo que fuera
diferente? Cómo es que logro escuchar y finalmente entender esto que nos sucede.
Será que al fin hablamos la misma lengua y vamos dando pasos por los mismos
caminos, suficientemente cerca para percibirnos aún sin hablarnos.
*Imagen de la red
*Imagen de la red
5 comentarios:
A veces, creo, no se trata tanto de “hablar la misma lengua” como estar dispuestos a escuchar.
Un abrazo
Ha de ser el choque perfecto, la invención del mundo propio...
Siempre se regresa al lugar donde se ha sido feliz. Y bueno, he vuelto a tu blog a sentirme feliz, a leerte y a imaginar el mundo que construyes con tus letras.
Excelentes textos, y el que abre la página no podía ser mejor.
Un abrazo y te espero por mi casa.
Luis Carlos
SAUDADES DA VOLTA
Quiero pensar que esta es una 'realidad bajo pedido'
... una de esas que con el tiempo se transforma en historia para contar.
(Será que ando necesitado de una historia nueva).
Quiero pensar que esta es una 'realidad bajo pedido'
... una de esas que con el tiempo se transforma en historia para contar.
(Será que ando necesitado de una historia nueva).
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