*imagen orginal de VLCC 2021
El 22 de mayo fue el decimoséptimo aniversario de Cuentos Bajo Pedido.
Alguien siempre me
recuerda sobre el aniversario, muchas gracias! Como saben esta idea de escribir
inició en un aniversario de Emilio Carballido y quien quiera saber un poco más,
puede ir a los primeros escritos del blog. Sobre el aniversario, si quería
escribir, sólo que se me hizo bolas el corazón por esas fechas. Uno de ustedes
me compartió que su momento de partir estaba próximo a llegar y no pude
escribir. Tenía los sentimientos y las ideas revueltas como baraja suelta. Sé
que cada etapa de la vida es importante, incluso ese momento en el que uno se
va. Normalmente no sabemos cuándo será ni cómo. Pero cuando se tiene cáncer
terminal sabes que falta poco. No sé cómo se toman esas noticias, no sé si eso
permite despedirse, poner las cosas en orden. No sé si estamos conscientes que
cada día sería bueno estar en paz. No lo sé, pero el día en el que los seres
queridos se van siempre lloro. Aunque tengo la certeza de que estarán tranquilos,
que estarán bien, que descansarán en paz después de los dolores que a veces conlleva
la partida. Siempre lloro. Tal vez lloro por mí, porque no los veré más, porque
los extrañaré, porque en la mayoría de los casos siento que aún no era su
momento de partir.
Cuando recibí la
noticia de este amigo, pensé en las muchas veces que he recibido unas últimas palabras:
-Es importante que
hagas un doctorado- Tal vez fueron mis primeras últimas palabras.
-Tráeme un labial-
-Ahorra todo lo que
puedas-
-Hablo para despedirme,
te quiero mucho-
-Pide por mi porque me
estoy muriendo-
-No creo que llegue al
fin de la pandemia, estoy muy cansado-
-Me encontraron un
tumor y resulta que tengo metástasis-
Nunca he sabido qué hacer, no sé cómo se reciben, qué se hace con ellas, qué significan, pero las atesoro. Siempre me desordenan, mi cuaderno interno se transforma en hojas sueltas que se vuelan con el viento inexistente. Yo deseo en lo más profundo de mi ser, que todos estén en paz, deseo que los que nos quedamos sigamos disfrutando de la vida. Y que cuando llegue el momento podamos tomarlo con calma y dejemos la calma posible a nuestra partida.
Gracias por estos 17
años de compartir escritos y experiencias. Para mi ha sido vital, ha sido aire
para respirar y un espacio para verter lo que siento y lo que a veces no puedo
manejar más que escribiendolo, sabiendo que ustedes me leen.
Con mucho cariño,
ofrezco un homenaje a todos los seres queridos que se adelantaron en el camino.
Sobre todo, a los que se fueron en estos años de pandemia.
Felicidades mutuas!!!
Por los XVII años de compartir en estos
blogs!!!
De Cuentos bajo pedido,
Respira poemas
¿Y el postre?
Crónicas
bajo pedido
3 comentarios:
Me uno al homenaje a todos ellos y agradecimiento porque de una u otra forma cruzamos caminos e intenciones expresadas en palabras a través de estos blogs.
¡Qué duras son la palabras finales! No obstante, y paradójicamente, cual bien lo dices, cuando se pueden escuchar son un regalo para atesorar. Cuando éstas se ausentan, cuando no hay una despedida, nos hallamos ante un dolor de alguna manera tan vacío... La falta de un último diálogo varias veces es la antesala a un desasosiego por no haber podido anclar la pérdida. Entonces hay que volverse herreros y forjar lo que no se escuchó a partir de la memoria.
Querida Matispa! Gracias por los cruces de camino. He sido muy afortunada! Un abrazo!
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