Como no tuve tiempo de arreglar la casa y en cada espacio que pensaba disponible había cosas amontonadas, decidí estirar bien la colcha de la cama y extender ahí el mapa. Me acababa de bañar y estaba tan emocionada, que antes de abrir el sobre que había llegado, sólo me dio tiempo de ponerme la ropa interior y una camisita de algodón.
Me senté en la orilla de la cama con el cabello aún escurriendo y desesperada volteé encima del mapa el contenido del sobre. El mapa era un verdadero chicharrón, lo habíamos arrugado un día que intente enseñarte los sitios que quería visitar si recibía una propuesta inesperada. Recuerdo que te tapaste con el mapa y me dijiste que hasta con los ojos cerrados podrías adivinar cada lugar y no hacía falta que te los mostrara.
Yo llevaba tanto tiempo haciendo la tesis que me costaba trabajo imaginar como iba a hacer para alcanzar el futuro que siempre había deseado. Así que cuando se presentó este asunto de la carta vi la oportunidad de darle un giro a mi vida y hacer que las cosas sucedieran tal y como las quería.
Cuando llegaste a la casa te sorprendió la música a todo volumen, el ambiente festivo, las maletas sobre la cama y mi cara de alegría. No te di ni chance de saludarme, a toda prisa te expliqué el contenido de la carta, el plan que ya tenía y que lo más importante era decir SI a la brevedad posible.
Me besaste y supuse que eso era una respuesta afirmativa!!! Me pareció perfecto, pues pensando en esa posibilidad ya tenía tu maleta preparada.
Tomé el teléfono e hice la llamada indicada, mientras esperaba en la línea, podía escuchar mi corazón latir por el auricular.
Te dije –Creo que estamos a punto de cambiar nuestras vidas para siempre, esto será algo radical-
Supongo que lo sabías pues de nuevo me besaste, ahora apasionadamente, justo cuando al otro lado de la línea se escuchaba
–Bueno, bueno, bueno…………………………-
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