Te oigo lo que les cuentas a tus nietos sobre la vida, aquí en corto te digo, ya tenemos suficiente edad para dejar de echar mentiras y hablar con la verdad como si fuera una banalidad. A quién le parezca que estamos diciendo disparates, nos escuchará con una sonrisa de oreja a oreja y atribuirá lo inverosímil de nuestras historias a la demencia senil. Así que, aunque no sea mi asunto porque no son mis nietos, creo que les gustaría más escuchar un poco de las aventuras que has logrado acumular. Reír y entender que la vida es una pachanga, en donde gozos y dolores vienen y van.
Anda! Cuéntales tus historias para que sepan que tú también eras y eres tremendo. Que con esos ojos profundos, has devorando el mundo, que siempre fuiste un viajero empedernido y que has disfrutado de los recovecos del universo entero. Hazles saber que el amor verdadero existe y que afortunadamente no hay quien lo pueda describir con exactitud. Les generarás tal curiosidad que no les quedará otra opción más que buscarlo, con todo y sus riesgos, para que un día ellos también tengan algo bueno que decir al respecto. Compárteles, que es cierto, que el dolor a veces parece mortal y que incluso si es muy grande nunca se va, pero que verlos a ellos sonreír siempre te ha motivado a seguir.
Diles que la vida dura un segundo, que no vale la pena desperdiciarla en tonterías, que es justo aprovechar todo pretexto para disfrutar.
Cuéntales, pues!!!! Si no me equivoco quedan muchas cosas por decir, que sin duda, a ellos les gustaría escuchar (Oír)…..
1 comentario:
hola, he estado checando tu blog, y me gusta mucho tu narrativa, es muy fácil de digerir, pero compleja en su estructura. Te mando muchos saludos, desde Mérida, Yucatán.
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