Siempre me han gustado las fiestas patrias, porque han sido un evento familiar casi equiparable a la Navidad. Bueno, reconozco que me gustan las fiestas en general, sobre todo si se trata de bailar. Este año, la pasamos bien, y aún así sentí el hueco que dejaron los que se han ido porque emprendieron el viaje eterno y también el hueco que dejó el que tomó, de todos los caminos que había, el que nos llevó en direcciones contrarias.
Pero así es la vida y depende de nuestra capacidad de seguir adelante la posibilidad de disfrutar cada momento. Esta fiesta nos sale mejor cada año, fue grato abrir la caja etiquetada con “16 de Septiembre” y sacar adornos, máscaras, banderas, escudos, papel picado, trenzas, juegos, instrumentos y múltiples cosas que hemos ido generando. Es un placer estar aquí hoy, festejando con los seres queridos. Las fiestas patrias sólo es uno de los pretextos favoritos que tengo para compartir con otros corazones jubilosos que la vida puso, por fortuna, en mi camino.
2 comentarios:
Me da gusto que tengas esa capacidad para disfrutar las festividades. De verdad.
Un abrazo y un brindis con un mezcal.
la mejor fiesta es la vida... y tenemos que celebrarla siempre, aun en las fiestas patrias...
te abrazo querida amiga
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