Romeo, Romeo, Romeo contigo me queda claro que el nombre verdaderamente
es misión. Plática nutrida, baile sabroso, buena compañía, ejercicio matutino,
buena cocina y tantas otras cosas ricas. Salimos juntos todos los días al
balcón presidencial a disfrutar un rato del lento tránsito de las estrellas. Eres
esa persona con la que siempre soñé estar en las buenas y en el confinamiento.
Así, con energía vital suficiente para disfrutar el transcurso de los días, como
suave oleaje sobre mi cuerpo. Romeo, en
tus ojos veo mi destino y sonrío complacida por el destello que genera tu
cercanía. Que grata persona soy contigo a mi lado, que fácil es ser mejor. El
cariño hace que todo fluya y el amor que todo se transforme. Hablamos con las
buenas palabras, resolvemos con las medidas justas. Las diferencias se atienden
con ricas charlas en medio de buenas caminatas deportivas que ahora hacemos
dando vueltas del pasillo al balcón debido al confinamiento. Romeo, me queda
claro que esto de encontrarnos, ya nos había sucedido en otras vidas y lo que hoy vivimos es sólo la continuación de otros momentos de intensas
tormentas. Hoy nos toca primordialmente disfrutar mientras el mundo se
transforma para siempre. Pongo mi promesa de amor sobre tus labios que están
siempre ávidos de mí.
Entonces, empecé a recibir peticiones para hacer cuentos basados en deseos explícitos. ¿Será el poder de la palabra, nuestros deseos que se escapan, los sueños decididos a existir o la energía contenida en nuestros corazones, lo que hace que brinquen nuestros anhelos a la vida cotidiana? Misterio……. ¿Qué harías si....
miércoles, 8 de julio de 2020
Ávido de mí
Etiquetas:
Amor,
Pandemia COVID-19
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1 comentario:
Waaaaaa qué ricura!!!
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