Lo dijo Ella, pero lo pudo haber dicho cualquiera, -Esta
casa no es casa de fiestas!!!-. ¿Cuál era la razón de fondo? No lo sé, tal vez
era, -Ahora esta casa no es casa de fiestas, porque cómo festejar si ya no está
la dueña-. En estos días entro con rapidez a la casa, con dificultad paso más
de 5 minutos dentro. Pero ahora que de verdad la casa pasará a manos de otros,
me he sentado en las escaleras a recordar todas las fiestas que he pasado en esta
casa. Lo primero que vino a mi mente fueron 3 bodas. Que bien me la pasé, bailé
y estrené lindos vestidos en cada una de ellas. En esa casa fueron los ensayos
de mis quince años, que siempre terminaban en una fiesta con banderillas y hot
dogs. Después recordé todas las Navidades y Años Nuevos que festejamos juntos,
que fueron muchos. Luego pensé en los cumpleaños planeados e improvisados, carnes
asadas, paellas, 10 de mayo, Día del Padre, 12 de diciembre, 2 de febrero, ofrendas
de muertos, advientos, etc. También hubo
recibimientos para los que llegaban de tierras lejanas. Años atrás había
posadas increíbles en donde actuábamos en pastorelas y participábamos en
concursos de piñatas. Ya en los últimos tiempos tuvimos varias fiestas
espontaneas so pretexto de que había una caja de Cavas esperándonos.
Todas esas fiestas eran la razón perfecta para encontrarnos,
vernos sin buscarnos, disfrutarnos o tolerarnos sin mayor esfuerzo. Era grato
saber que nos veríamos sin planearlo. Y fue tanto el recuento de las fiestas
que alcancé a recordar, que me quedó claro que esta Casa sí es una Casa de Fiestas. Y espero que
todas las Casas sean de Fiestas, al menos deseo que mi casa sea una Casa de Fiestas
y de unas fiestas bien buenas que todos recuerden con una sonrisa en los labios. Que sea mi casa motivo de buenos, muy buenos
encuentros.
2 comentarios:
Que tu casa sea motivo de buenos encuentros. Muchos. Pero pero sobre todo, muy buenos.
Un abrazo
Saludos, ya esperaba tu comentario.
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