Yo tenía 8 años cuando mi mamá me compró unos zapatos nuevos de color negro. Iba caminando a mi casa, muy orgulloso por la calle con mis zapatos nuevos, cuando me encontré a un fulano con una bicicleta nueva. Me dijo que cruzando la acera regalaban bicicletas, que si quería una, fuera a tocar en una puerta que me señaló. Pero que le dejara mis zapatos nuevos porque si me los veían seguro iban a pensar que era rico y no me darían la bici, que él me los podía cuidar.
Y dejé mis zapatitos nuevos en la orilla de la banqueta y me crucé la calle, toqué y si me abrieron la puerta pero no me dieron la bici. Cuando volví a buscar mis zapatos ya no estaban y el fulano tampoco.
Así que llegué a casa sin mis zapatos y sin bici y mi Mamá me regañó y me quedé triste, muy triste.
Escrito por RRCM
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