jueves, 15 de enero de 2009

Cuento 38. Tengo todo menos paciencia Dedicado a ASG

Basado en su propio poema.

-Quedo a merced de su apreciable sensibilidad- Le dije, sin imaginar que esto implicaría, una vez más, poner a prueba mi capacidad de esperar. Nunca me he considerado paciente y sé que puedo llegar a desesperarme con facilidad.
A veces, la angustia que esperar me genera pareciera entorpecer las cosas, haciendo que cada vez se hagan más lentas. En ocasiones he tenido que juntar fuerzas para serenarme, pues en verdad esta situación llega a exasperarme. Cuando logro momentos de tranquilidad consigo hacer conciencia de todo lo que tengo y casi podría decir que no me falta nada. Pero de nuevo una ola me arrasa cuando verifico que he perdido el rumbo y esa supuesta paz que sentía se transforma en turbulencia.
Esto de la paciencia pareciera cosa sencilla, pero a mi lo que me genera es una terrible agonía. Quiero pensar que todo esto se me presenta como una oportunidad para encontrar respuestas y realidades que necesito para resolver los enigmas de mi vida. Pero si en general el ejercicio me parece feroz, si hablamos de lo que la paciencia exige en el amor llega al punto de ser “Atroz”. Sé que parte de mi problema es que he apostado todo en el amor. Pero ¡Oh sorpresa! Unos cuantos golpes me han demostrado la realidad y ahora por absurdo que parezca puedo alcanzar por igual la felicidad y la tristeza.
En medio de esta eterna espera he podido descubrir todo eso maravilloso que soy, no puedo negar que he conseguido cosas tan complejas como aprender de mis errores y tan sencillas como darme vuelo eligiendo cortinas. Poco a poco he construido cosas que me van haciendo feliz a pesar de las grandes ausencias. Las ideas se han ido aclarando con el paso del tiempo y ahora me puedo brindar a mí un poco de la mucha comprensión y amor que he ido regalando a otros.
Acepto que he cosechado buenos frutos, porque como bien dicen “Lo bueno llega al que espera”. Pero a pesar de todo

Aún tengo todo menos paciencia!!!!!!

2 comentarios:

marichuy dijo...

Uy

Este cuentito es como para mí: la paciencia no es mi mayor cualidad... sino todo lo contrario.

Saludos

Mónica Sánchez Escuer dijo...

Bien por los frutos cosechados. La paciencia, tal vez y con suerte, llegará cuando menos te la esperes...